Bajo la falda de la larga noche caminé todo camino, luego me senté para morir al alba.



18 de mayo de 2010

Del Silencio y Sus gritos: Sin Piedad...





No me sueltas, no paras, no te detienes la noche entera,
no te sacias de mi, no te basta ni aun el vigor de mi locura.
Y pides caricias sin piedad, sufriendo los placeres de la hoguera,
hasta el alba con su corona de luz te es indiferente.
Y ya las gentes se ajetrean allí fuera preparando la faena,
pero entre estas paredes todavía es noche en tus pupilas.
Y tu piel me grita y yo acudo feroz y maldiciendo.

Tus gritos son plegaria, son tu canto, solo así te sientes viva.
Te contemplo un instante pues me he despojado de lo humano,
soy solo dientes, solo manos, el hambre despiadado de la fiera.

Me has despertado y la demencia se derrama en mis jadeos.
Tu cuerpo se dobla a mi violencia y la sonrisa florece en tus labios,
entonces victoriosa te estremeces y sucumbes sabiendo lo que has hecho.

Te hundes en mi pecho dejándome probar el sabor de tus cabellos,
pero yo estoy enfermo y frenético, la tempestad me azota
y aferrando tus hombros de luz, aun me agito.

Tu te ríes, te levantas, te vistes despacio y me dejas.
Te llevas mi cordura una vez mas y me quedo a solas,
a solas con el silencio y mi sed.

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